ELECCIÓN DEL NUEVO MINISTRO PROVINCIAL
Todos los hermanos estén obligados a tener siempre por
ministro y siervo general de toda la fraternidad a uno de los hermanos de esta
Religión, y estén obligados firmemente a obedecerle. Cuando éste fallezca,
(renuncie) hágase la elección del sucesor por los ministros provinciales y
custodios en el Capítulo de Pentecostés; y a este Capítulo deban siempre
concurrir los ministros provinciales, dondequiera que lo estableciere el
ministro general; y esto han de hacerlo una vez cada tres años, o en otro
término de tiempo mayor o menor, como lo haya ordenado el dicho ministro (RB VIII).
Los Hermanos Menores, hijos de san Francisco de Asís, integrantes
de la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú, reunidos en el
Capítulo Provincial, celebrado en el Convento San Francisco de la ciudad de
Lima, los días: 17 al 22 de noviembre del año 2014; invocando el querer del Espíritu
Santo y su santa operación (El viento sopla a donde quiere, oyes sus ruido pero
no sabes de dónde ni adónde va; así son los que nacen en el espíritu, Jn 3,8). En
un ambiente de gozo y esperanza eligieron el nuevo gobierno provincial con el
siguiente resultado:
Nuevo y flamante Ministro Provincial Fr. Neri Menor Vargas,
Ofm,
Vicario provincial Fr. Guido Zegarra Ponce, Ofm
I Definidor Provincial: Fr. Nicolas Ojeda Nieves, Ofm
II Definidor Provincial: Fr. Alfonso Gibu Tokumoto, Ofm
III Definidor Provincial: Fr. Fermín Peña López, Ofm
IV Definidor Provincial: Fr. Elfer Núñez Saavedra, Ofm
V Definidor Provincial: Fr. Elvis Pacheco Palomino, Ofm
Por tanto, entrando en sintonía con el querer del Espíritu
Santo, aceptamos y nos complacemos profundamente por este designio que Dios nos
regaló en nuestros hermanos electos para el gobierno provincial. Les
felicitamos sinceramente y auguramos muchos éxitos en su misión de guiarnos por
el camino que Dios nos concede a ejemplo de Pobrecillo de Asís. El Señor nos ha
dicho: “No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a
ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así
todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá” (Jn 15,16). Y san
Pablo al respecto nos dice: “Hay diversidad de dones, pero todos proceden del
mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay
diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos”
(I Cor 12,4-6).
Dice el Señor en el Evangelio: Quien no renuncie a todo lo
que posee, no puede ser mi discípulo (Lc 14,33). Y: Quien quiera salvar su
alma, la pierda (Lc 9,24). Abandona todo lo que posee y pierde su cuerpo el
hombre que se ofrece a sí mismo totalmente a la obediencia en manos de su
prelado. Y todo lo que haga o diga, si sabe que no es contrario a su voluntad,
mientras sea bueno lo que haga, es verdadera obediencia. Y cuando el súbdito
vea algo mejor y de más provecho para su alma que lo que le manda el prelado,
sacrifique lo suyo voluntariamente a Dios y procure, en cambio, poner por obra
lo que le manda el prelado. Pues ésta es la obediencia caritativa (1Pe 1,22),
porque cumple con Dios y con el prójimo. Pero, si el prelado manda al súbdito
algo contra su alma, no lo obedezca, mas no lo abandone. Y si por ello tiene
que soportar persecución por parte de algunos, ámelos más por Dios. Porque
quien prefiere padecer persecución antes que separarse de sus hermanos, se
mantiene verdaderamente en la obediencia perfecta, porque entrega su alma (Jn
15.13) por sus hermanos.
Pues son muchos los religiosos que, so pretexto de ver cosas
mejores que las que mandan sus prelados, miran atrás (Lc 9,62) y vuelven al vómito
de la voluntad propia (Prov 26,11; 2Pe 2,22). Esos son homicidas, y, por sus
malos ejemplos, hacen que se pierdan muchas almas.
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